Cuando un buzo desciende a más de 10 metros de profundidad, está sometido a una alta presión y si el ascenso a la superficie
lo hace rápidamente, en la mayoría de los casos se expone a sufrir embolismo arterial gaseoso, esto es que la sangre de sus
arterias se llena de burbujas de aire lo que puede llevar a una muerte segura, si no se da atención al paciente en una cámara
hiperbárica.
El embolismo arterial gaseoso se manifiesta como dolores en el pecho, en los brazos y las piernas, en el estómago, afectación
del sistema nervioso. Todos estos síntomas son percibidos por un buzo afectado a los pocos minutos de ascender a la superficie,
por eso la importancia de someterlo a la oxigenación hiperbarica.